lunes, 28 de junio de 2010

Como Caida del Cielo. Alternativas para el cuidado del agua



Es tedioso y cansado. Lo hemos dicho miles de veces y seguramente lo hemos escuchado dos mil. Lo de cuidar el agua y todo eso. Pero es que pareciera que realmente hay bastante y que preocuparse es una gran exageración.

Sobran ya la lectura de estadísticas. La verdad es que el promedio no tenemos ni siquiera una idea remota de la cantidad de agua que consumimos. Y como el promedio afortunadamente no sufre de desabasto grave de agua, el asunto empeora.

Pero la historia tiene una vuelta de tuerca: la conducta promedio determina por mucho la realidad presente del agua en el planeta y define del todo el futuro de las generaciones.

El proceso de concientización debe ser inmediato y sistemático; pero ante todo práctico, accesible y lo más importante; simple; pues si un problema se tiene garantizado en el futuro es la falta de agua para consumo por supervivencia.

Los expertos opinan que el territorio mexicano recibe cada año un total de 1.5 billones de metros cúbicos de agua en forma de lluvia, es decir alrededor de 458 millones de litros. un 25% de este total alimenta mantos acuíferos y ríos superficiales mientras que el otro 75% vuelve a la atmosfera sin ser aprovechado aun cuando es capaz de suplir perfectamente el agua para consumo que se utiliza en actividades domesticas e industriales. Cuidar el agua no implica reducir drásticamente nuestro consumo de agua; se trata de consumir inteligentemente y aprovechar los dones de la naturaleza es una forma de hacerlo.

En este momento que las lluvias vienen en pleno, y ahora que de pronto somos consientes de la enorme ventaja que representan, podemos empezar a ahorrar sin necesidad de suspender el lavado del coche o el riego de nuestra pequeña hortaliza. Basta con acopiar toda el agua de lluvia que sea posible y con ella realizar ciertas tareas que de otro modo se llevarían a cabo con agua dulce perfectamente útil para consumo humano. Adoptar la medida no exige la instalación de un contenedor costoso o de mucho volumen. Basta colocar cubetas y bidones en el patio, la banqueta- o bajo las tuberías de las azoteas que son muy efectivas en esta tarea. Mucha o poca, lo cierto es que es toda agua potable ahorrada para el futuro. Esta disponibilidad natural vuelve de pronto al agua, un recurso renovable que además nos hace cada vez mas consientes de nuestra conducta y formas e consumo. El acopio de agua de lluvia tampoco requiere de grandes sacrificios. No es necesario lavarse el pelo con lluvia en contra de nuestra voluntad. Se trata de establecer prioridades y darle un uso adecuado al agua lista para consumo de la que disponemos.


Ideas practicas para la ecología doméstica aqui:

http://www.federacionunae.com/DBData/InformesFicheros/1_fi_manual_53.PDF

viernes, 25 de junio de 2010

Aquí no escribe Monsiváis

Aguerrido sin máscara y menos cabellera. Icono, iconografísta, iconoclasta. Cronista y cuentista. Bocabloja consumado. Motivo de lisonja y no. Hugo García Michel se identificaba a discreción sin él cuando en su Mosca en la pared pregonaba: “Aquí no escribe Monsiváis”; y La Doña le queda debiendo un buen apelativo.
Hijo muy orgulloso de su madre. Casi más de su alma mater -la facultad de filosofía y letras de la UNAM- y amante de los gatos como buen poeta maldito; aprendió a beber tequila a punta de pistola cortesía del Indio Fernández y acabó de soltarse el chongo con el jaleo de la Trevi.
Y luego; setenta y dos años, uno que otro nuevo catecismo, cuentos de realidad, noches de bohemia, videoclips, palabrotas y magnas letras, prólogos más, prólogos menos; le cumple al fin a su propia mitología y se nos muere con un grande.
Carlos Monsiváis Aceves; oriundo de la Cuidad de México (4 de mayo de 1938) traza una ruta incansable a través de los complejos rumbos de la cultura mexicana; legando una crónica monumental de un país incendiario.
Ganador de una veintena de los premios más importantes de periodismo alrededor del mundo - la medalla Gabriela Mistral (Chile 2001) y de un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Arizona (2006) por decir algo- Carlos Monsiváis falleció el pasado sábado 19 de junio tras una crisis respiratoria motivo por la que había sido internado dos meses atrás Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
El palacio de Bellas Artes despide este 21 de junio a un hijo prodigo, apenas antes de celebrarlo en su última morada, en el panteón español.
Critico. Cínico. Estoico. Insondable, inolvidable. Tan prolífico como siempre. Tan ausente como nunca.
Aclarar de poco sirve. Ahora cualquiera dirá: Aquí tampoco escribe el Monsi.
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El Monsi de chaval con Josè Emilio Pacheco y Sergio Pitol.